sábado, 21 de marzo de 2015

Quioscos saludablesen Salta apuntan a mejorar la alimentación


Se acerca el mediodía en la escuela Doctor René Favaloro, del barrio Parque General Belgrano ubicado en la zona norte de la ciudad de Salta, y los chicos salen a disfrutar el último recreo antes de volver a casa. A los empujones se amontonan en la entrada del quiosco. "Quiero un arroz con leche", grita Mauro; al lado un grupo de nenas pide jugos naturales con pulpa y un sanguchito de pan lactal. Ellos poco a poco comienzan a seleccionar productos más sanos dejando de lado las gaseosas, chocolates y frituras.

La escuela es una de las once que lleva adelante el proyecto de quioscos saludables impulsado desde la Dirección de Responsabilidad Social Empresaria, que tiene el objetivo de ofrecerles a estudiantes de escuelas primarias y secundarias alternativas alimenticias más sanas y menos calóricas. Marcela Llanos, directora del organismo, dijo a El Tribuno que estos quioscos son "saludables y no prohibitivos", porque buscan generar un cambio en los hábitos alimenticios de los chicos dándoles la opción de elegir, gracias al apoyo de empresas como Cofruthos y el Mercado San Miguel.
En la escuela Favaloro, Mónica Coppa es la responsable de brindarles a los 800 estudiantes opciones saludables. Licuados de frutas, jugos con pulpa, yogur con cereales, gelatinas, ensalada de frutas, sanguchitos de pan lactal y arroz con leche, son algunas de las opciones que proponen. "Todos los días tenemos alimentos diferentes. La Coca Cola, los chicles y las frituras desaparecieron de mi negocio, ni siquiera son una opción", explicó Mónica a un medio local.

El quiosco, que funciona bajo esa modalidad hace seis años, ofrece algunas golosinas pero con restricciones, "solo vendo un chupetín por alumno al día, al igual que los alfajores", el resto de las opciones, las saludables, son de libre acceso. Mónica explicó a este diario que su tarea está enfocada en hablar con los chicos y aconsejarlos, mostrarles que pueden elegir algo rico y nutritivo, además de fomentar el consumo de agua, la cual ofrece sin restricciones ni costo alguno.

Una tarea diaria

La respuesta de los chicos que asisten a las once instituciones que ya implementan los quioscos saludables atravesaron diferentes etapas hasta lograr adaptarse a una nueva alimentación. Los padres también vivieron ese proceso. "Al principio los papás estaban enojados, querían comprar sí o sí Coca Cola, papas fritas y demás, hasta salían a comprar en los negocios de la calle. No me rendí y poco a poco me los fui ganando", contó Mónica.

Fuente:eltribuno.info

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