viernes, 15 de enero de 2016

LINDAS Y ÚTILES: Mariposas, bioindicadoras ambientales.



El Jardín Botánico del INTA Castelar cuenta con un sendero para su observación y monitoreo, debido a su estrecha relación con las plantas y capacidad de reflejar las modificaciones del ambiente.

Fuente de inspiración para diversas obras de arte, pinturas, libros, poemas y hasta canciones, las mariposas tienen un atractivo especial adjudicado al color de sus alas y su vuelo tan particular. Sin embargo, estos insectos tienen otras capacidades como la de ser bioindicadoras de la salud de los ecosistemas. En este sentido, en el Jardín Botánico del INTA Castelar se creó un sendero para su observación y monitoreo..

De acuerdo con Bárbara Pidal –investigadora del Instituto de Recursos Biológicos (IRB) del INTA Castelar y una de las creadoras del sendero–, “las mariposas además de tener un atractivo especial por su vuelo y color así como por los maravillosos cambios que experimentan en su desarrollo, son excelentes bioindicadoras del estado de salud de los ecosistemas naturales”.

En este sentido, indicó: “Tienen la capacidad de reflejar las condiciones de conservación o de alteración de los mismos, debido a la estrecha relación que tienen con las plantas”.

Con el objetivo de observar y monitorear su rol en los ecosistemas y los servicios que prestan como disparadores de la temática de conservación de la biodiversidad, se creó el sendero de atracción de mariposas, en el Jardín Botánico del INTA Castelar.

“El sendero actúa como sitio de atracción de mariposas y, al mismo tiempo, permite el desarrollo completo del ciclo de algunas especies de Buenos Aires”, explicó Virginia Inza –técnica del IRB del INTA Castelar– quien agregó que el espacio también es visitado por otras familias de insectos y aves.

“Se trata de una herramienta educativa y novedosa para el abordaje de la biodiversidad, predadores biológicos y cadenas tróficas, entre otras”, subrayó Inza.

El sendero cuenta con más de 120 especies de plantas con flores de 10 familias botánicas diferentes como Euryops, Lantanas, Glandularias, Zinnias, Cosmos y Salvias, a fin de proveer de alimento a las mariposas en estado adulto–a partir del néctar de sus flores–y más de 80 plantas hospederas, en su mayoría nativas, de los géneros Passiflora, Aristolochia, Asclepia, y Eupatorium, entre otros.

“Las plantas hospederas son aquellas donde las mariposas ponen sus huevos y cuyas hojas constituyen el alimento de las larvas permitiendo el ciclo completo de desarrollo del insecto”, señaló Pidal.

Para evaluar el funcionamiento del sendero como sitio de atracción de mariposas, los especialistas realizaron un monitoreo preliminar de adultos y un seguimiento de las plantas hospederas.

Además, se observaron un total de 186 mariposas de al menos 15 especies diferentes, entre las que se destacan las mariposas Monarca (Danaus sp.), Espejito (Agraulis sp.), Perezosa (Actinote sp.), Limoncito (Eurema sp.) y Borde de Oro (Battus sp.).

Entre los resultados, Pidal destacó que “el número de adultos promedio por avistaje se duplicó al pasar de la primavera al verano”. Además, se registró la presencia de estadios juveniles de al menos 5 especies distintas de mariposas sobre sus plantas hospederas.

Asimismo, es visitado asiduamente por alumnos que reciben información sobre las características generales de las mariposas y su importancia. Luego, realizan una práctica a campo con avistajes y reconocimiento de especies tanto de estadios adultos como juveniles (huevo, larva, pupa) sobre sus plantas hospederas.

“La utilización del sendero de atracción de mariposas como herramienta de educación ambiental es sumamente positiva y nos permite tener una visión orientativa del alcance de esta iniciativa como recurso didáctico”, concluyó Inza.

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