jueves, 2 de febrero de 2017

CRISIS LECHERA ARGENTINA / NO LA VEN.



Supermercados, Estado y trabajadores lácteos siguen sin enterarse de la crisis lechera: crujen tambos e industrias.


El sector supermercadista y el Estado nacional siguen sin enterarse de que los tamberos y la industria láctea están atravesando una crisis que –en varias situaciones– pone en riesgo la continuidad en el negocio.
La participación promedio de los tamberos en una canasta de productos lácteos representativa, según datos del Instituto Argentino de Profesores Universitarios de Costos (Iapuco), mejoró al ubicarse en diciembre pasado en 28,9% versus 22,4% en diciembre de 2015.
Pero ese crecimiento se forjó en base a sudor y lágrimas: a partir del desastre climático ocurrido en abril de 2016, sumado al recorte de oferta de leche por cierre de tambos y reducción de rodeos, las industrias lácteas comenzaron a competir de manera agresiva para originar leche. Y eso provocó que los tamberos sobrevivientes recibieran una mejora de precios.
La cuestión es que ese ajuste se trasladó al sector supermercadista, el cual, lejos de absorber parte el mismo, mantuvo y en algunos casos aumentó el margen de remarcación. En ese esquema, la participación del sector industrial en la cadena láctea, que en diciembre de 2015 era en promedio de 32,1%, a fines del año pasado había caído seis puntos para ubicarse en 26,0%.
En ese mismo período el comercio (fundamentalmente supermercadismo) pasó de 29,8% a 29,3%, mientras que el Estado nacional (impuestos) mantuvo su participación en un 15,8%. Es decir: ambos siguieron percibiendo la misma porción de la torta láctea a pesar de que la misma ahora es mucho más pequeña.
Datos oficiales indican que la producción argentina de leche en 2016 fue de 9711 millones de litros, una cifra 14,1% inferior a la de 2015 y la más baja desde 2007. El ajuste realizado por los tamberos, lejos de detenerse, sigue su curso con el nuevo desastre climático ocurrido en lo que va de este año en las cuencas lecheras localizadas en el norte de la zona pampeana.
Los trabajadores afiliados a Atilra –que en el análisis de Iapuco integran el componente industrial– tampoco resignaron margen: entre mayo de 2016 y abril de 2017 lograron paritarias con un ajuste por inflación del 40% más un aporte extraordinario no remunerativo de 3000 pesos a cobrar en febrero próximo (eso sin mencionar el aporte “solidario” del orden de 90 M/$ mensuales que Atilra cobra a las industrias lácteas).
Por último, en el ranking de perdedores también se incluyen los consumidores argentinos, quienes entre abril y diciembre de 2016, según los últimos datos publicados por el Indec, debieron afrontar un aumento promedio de los lácteos del 24,5% versus ajustes en las canastas farinácea y cárnica bovina de 14,6% y 9,9% en ese mismo período respectivamente.
Fuente: Valor Soja

No hay comentarios:

Publicar un comentario