Las plantas huelen diferente según el herbívoro que las ataca
La estrategia les sirve para atraer a especies concretas de animales que se alimentan de los herbívoros.
Cuando son masticadas por insectos u otros animales pequeños, muchas plantas reaccionan y producen olores para atraer a los enemigos de sus depredadores. Un estudio publicado en New Phytologist revela que el olor que desprenden cambia dependiendo del tipo de herbívoro que las ataca. Con ello atraen a los enemigos naturales de los herbívoros que se están nutriendo de ellas. Para sorpresa de los investigadores, las plantas pueden incluso reconocer si son comidas por herbívoros exóticos. En este caso, emiten un aroma específico.
El estudio, realizado por un equipo de investigación internacional, liderado Nicole van Dam, de la Universidad Friedrich Schiller de Jena, exploró los efectos de doce tipos de herbívoros en la mostaza de campo (Brassica rapa). Entre los herbívoros se incluían distintas especies de orugas, áfidos e incluso una babosa, algunas de ellas autóctonas y otras exóticas.
Mediante un cromatógrafo de gases con un espectrómetro de masas de alta precisión los investigadores identificaron diferencias sutiles en los olores emitidos por las plantas. Descubrieron que las reacciones ante las distintas especies de herbívoros no se definían por una sola sustancia volátil, sino por la proporción entre diferentes sustancias. «El resultado es coherente con lo que sabemos acerca de la percepción y el comportamiento de las avispas parasitarias y otros depredadores. Utilizan la mezcla de olores liberados por la planta para obtener información sobre sus presas», comenta Van Dam.
En Europa se han introducido muchas especies exóticas de herbívoros, un proceso facilitado por la globalización y el cambio climático. El problema con estas especies es que pueden inducir olores similares a las autóctonas, lo que confunde a los enemigos autóctonos, que pueden no reconocer a los nuevos herbívoros. Este no fue el caso del reciente estudio: los herbívoros exóticos, incluso si presentaban la misma forma de alimentarse que sus homólogos nativos, desencadenaron olores de características distintas, explica Van Dam. «A pesar de carecer de sistema nervioso, ojos, oídos o boca, las plantas pueden determinar quién las está atacando. En base a ello, transmiten información fiable a las avispas parásitas especializadas que pueden aprender los olores para hallar sus presas favoritas. Lo realmente sorprendente es que incluso sean capaces de distinguir entre una especie auctóctona y otra exótica.»
Más información en New Phytologist
Fuente: Centro Alemán para la Investigación Integral de la Biodiversidad.
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