martes, 24 de noviembre de 2015
HIPOSANDALIAS: La historia de la herradura.
En cuanto el hombre empezó a utilizar caballos para trabajar, surgió la necesidad de proteger sus patas.
Botas de cuero
Los historiadores coinciden en que cierto tipo de herraduras, „hiposandalias” ya existían en la Edad Antigua, unas protecciones móviles de metal, esparto o cuero que, sujetas con cintas, se utilizaban sólo en ciertas ocasiones, dependiendo de la dificultad del terreno o el largo del viaje.
Los antiguos pueblos que primero domesticaron el caballo, reconocieron la necesidad de que las paredes de los cascos de los caballos tengan una protección adicional. En Asia los cascos de los caballos los envolvieron en cuero, u otras materiales para protegerlos del desgaste, o con fines terapéuticos.
Hiposandalias
Hallazgos arqueológicos en Gran Bretaña demuestran, que los romanos intentaron a proteger los pies de los caballos con un aparato sólido “hipposandal” que tiene un ligero parecido con la bota del casco moderno.
No se sabe mucho cómo y cuando se difundió el uso de la herradura. Hay ciertas señales arqueológicas, de que en la Península Ibérica se utilizaban ya antes del siglo 9. Al mismo tiempo, en las culturas de Hallstatt (aproximadamente Europa Central) no se encontraron herraduras en las tumbas de jinetes.
La media luna de hierro
El primer zapato conocido por los arqueólogos se data a alrededor del año 900, pero puede haber existido antes, ya que algunos han sido encontrados en las capas de tierra. El primer registro escrito claro de herraduras de hierro es una referencia a la “media luna de hierro” en el año 910. Hay muy poca evidencia de la existencia de clavos en los zapatos antes de 500 o 600 dC.
Pagando los impuestos con herraduras
Alrededor del año 1000, las herraduras de bronce con agujeros de los clavos se hicieron comunes en Europa. El diseño era un borde exterior en arcos y seis agujeros de los clavos. En los siglos 13 y 14 la fabricación de herraduras de hierro generalizó. En la época de las Cruzadas (1096-1270), las herraduras eran generalizadas y frecuentemente se mencionaron en diversas fuentes escritas. En ese período, debido al valor de hierro, las herraduras incluso fueron aceptadas en lugar de la moneda para pagar los impuestos.
Masificación
En el siglo 13, los zapatos se fabricaron en grandes cantidades y se podían comprar ya hechos. El calzar caliente, o sea de dar forma a una herradura caliente inmediatamente antes de colocarlo en el caballo, se hizo común en el siglo 16.
En 1835 se registró la primera patente en EE.UU. para una máquina de fabricación de herraduras capaz de producir hasta 60 herraduras por hora, a nombre de un señor llamado Henry Burden.
Últimamente se questiona el uso de los zapatos, por lo menos, en caballos que se tienen en condiciones cuasi-naturales. Pero esa es otra historia.
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