Por Aníbal Fernández Mayer
Existe un viejo paradigma que subsiste en la actualidad: los búfalos producen carne o leche comiendo forrajes de baja calidad, y gracias a éste principio que es real, en la mayor parte de las universidades del mundo, incluyendo países como Argentina, Brasil, Venezuela y Cuba, entre otros, no se investiga ni experimentan dietas de alta calidad nutricional con esta razas. Total producen igual carne o leche.
Sin embargo, algo diferente se está haciendo en La Salamandra desde el 2012, Hasta esa fecha la actividad productiva de este campo de tan solo 97 hectáreas ubicado en el partido de Luján de la familia González Fraga se caracterizó por el tambo La Salamandra, cuyo dulce de leche primero y la mozzarella después fueron los emblemas de la empresa.
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Actualmente implementa un proyecto para producir carne de búfalos de origen pastoril, buscando incrementar los atributos de calidad de su carne y poder competir en un mercado de "exquisiteces".
La carne del búfalo tiene un menor contenido de lípidos que la del bovino, debido a un menor depósito de grasa "intra e inter muscular", es decir, dentro y entre los músculos. Por este motivo la carne es más colorada y su punto de cocción es menor. Además, puede conservarse blanda hasta una edad muy avanzada, dado que el diámetro de las fibras musculares y los tendones de búfalos crecen con mayor lentitud.
La principal meta que tiene el proyecto es alcanzar una alta producción de carne de muy buena calidad y con el menor costo de producción posible.
Dentro de un manejo estrictamente pastoril, se mantiene una alta carga animal, más de 3.8 a 4 animales por hectárea, es decir, unos 380 a 400 animales en total. Carga que se va ajustando de acuerdo a las condiciones del ambiente y a la respuesta forrajera. La composición del rodeo es de cerca de 200 vientres y el resto de los animales están distribuidos en diferentes categorías como bucerros o (terneros) y bubillas (vaquillonas). Algunas en pleno crecimiento y otras en engorde.
Salen gordos
En estos momentos, se ha armado un programa de engorde y ventas periódicas de animales muy bien terminados que permite sostener un flujo de fondos regular a lo largo de todo el año.No obstante, cómo cualquier otra actividad ganadera, la producción de carne de búfalos está sujeta a las variaciones propias del mercado comprador (consumo interno y/o exportación) y a la de los precios de los insumos. Esta situación provoca, muchas veces, incertidumbre y vacilaciones en la toma de decisiones. Ante esta realidad, el proyecto busca generar un sistema pastoril sustentable de bajos costos de producción para soportar los vaivenes de los mercados y de los insumos.
Cambio de paradigma
Está claro que en La Salamandra se busca provocar un "cambio de paradigmas". Para ello, también se está evaluando la producción y calidad de carne que se puede alcanzar con el uso de alimentos de muy buena calidad, similar a los utilizados con bovinos para carne o leche, donde se obtienen altos niveles de producción, más de 800 gramos de ganancias diarias en carne o más de 20 litros de leche diarios.
La base de la alimentación de La Salamandra son pasturas con alfalfas y avenas como verdeo de invierno, rollos de pasturas, silaje de maíz de planta entera en "auto consumo". Además se consumen sorgos nervadura marrón o BMR en pastoreo directo y pastoreo mecánico (verano) y diferidos (secos) al otoño e invierno.
En cuanto a la suplementación, se trata de evitar en lo posible el uso de concentrados, y cuando se los debe usar por situaciones muy particulares, especialmente por causas climáticas, se busca suministrar la menor cantidad posible (0.5% del peso vivo) y en todos los casos que sean de origen natural sin agregados de aditivos químicos. Entre los suplementos se destacan los granos de cereales y diferentes subproductos de agroindustria de la zona.
Producto de esta alimentación, durante las 24 horas (día y noche), junto con un manejo intensivo del pasto que implican cambios del alambrado eléctrico en forma diaria o cada dos o tres días se están logrando resultados muy interesantes.
Las ganancias de peso están superando en promedio los 900 gramos diarios, siempre dentro de un sistema pastoril con escasa o nula suplementación.ß
LA NACION | Campo
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