martes, 13 de octubre de 2015

CARACOLES : Lentos pero rendidores.



Considerado solo como un visitante no grato por todos los que tienen alguna plantita en su casa, ellos piden su derecho para demostrar que también tienen sus bondades. En épocas de vacas flacas estos pequeños moluscos resultan una buena alternativa alimenticia, una potencial fuente de ingresos y hasta tienen propiedades curativas.
   "Los caracoles poseen entre 5 a 6 veces más proteínas que la carne de vaca, casi nada de colesterol y además otros elementos importantes para nuestra dieta como zinc, cobre, magnesio, manganeso y hierro", explica a Infovet el doctor Adolfo Coto, de la fundación de Ciencias Biológicas.
 
   Seguramente por estas condiciones el caracol es un plato muy apreciado en algunos países europeos. En Francia, por ejemplo, donde sus habitantes consumen en promedio un kilo per cápita al año de este molusco existe una demanda anual insatisfecha de unas diez mil toneladas.
 
   La producción de proteínas animales de bajo costo es siempre un tema actual, de allí la relevancia de la cría de caracoles que, con pocos gastos de instalación, mano de obra y alimentos, es capaz de proporcionar carne óptima y barata.
 
   Cabe destacar que la mencionada fundación, junto con la Secretaría de Extensión Universitaria de esta Facultad, organizaron un curso sobre cría de caracoles que se realizó durante junio, pero que se tiene previsto repetir a lo largo de este año.
 
   Cura úlceras
 
   Además de sus ventajas nutritivas, el caracol tiene otras propiedades sorprendentes. Desde hace miles de años los escritos de medicina hablan de las bondades de la baba del caracol en la curación de los males sangrantes del estómago, es decir de las úlceras.
 
   "Esto se debe a la presencia de una sustancia llamada limasina que es una combinación de aminoácidos" afirma Coto. De acuerdo con estudios, este producto tiene la propiedad de reconstituir la mucosa del estómago, es decir la capa de revestimiento interno de este órgano.
 
   Este mismo principio es utilizado en Francia como fundamento en la elaboración de pomadas para tratar úlceras de la piel y también de jarabes para la tos ya que reconstituyen el epitelio dañado de la laringe y los bronquios.
 
   Ciclo de vida
 
   Los caracoles son animales hermafroditas, es decir que tienen los dos sexos en un mismo ejemplar. De todas formas para la fecundación deben acoplarse dos individuos a través de sendos dardos, apéndices análogos al pene de los mamíferos.
 
   Este acople dura entre 12 a 24 horas. Luego de 10 días ambos caracoles comienzan a poner huevos a un ritmo de 1 cada 20 minutos, llegando a poner un promedio de 90. La incubación dura entre 20 a 30 días. Después del nacimiento o eclosión, los caracoles bebé se mantienen en el nido por diez días consumiendo los restos alimenticios de sus propios huevos.
 
   Luego comienzan a alimentarse en forma natural de plantas, muchas de ellas consideradas plagas o parásitas para los cultivos. A los seis meses llegan a la edad adulta y a los 8 comienzan a reproducirse.
 
   Hasta el momento en nuestro país el único sistema de obtención de caracoles con fines comerciales es la recolección silvestre. Esto tiene varios inconvenientes, entre ellos el peligro de depredación de estos animalitos por una acción indiscriminada donde no se seleccionan adultos de bebes.
 
   Por el contrario el doctor Coto propone un sistema de crianza mixto donde las primeras etapas se realicen en un ambiente con temperatura y humedad controladas, mientras que la segunda se realice a campo natural.
 
   "De esta manera los recién nacidos se protegen de los predadores naturales y de las condiciones climáticas adversas para luego ser soltados a campo para el engorde", concluye el profesional.
 
   Med. Vet. Julio Bernal
   Facultad de Ciencias Veterinarias UBA

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